miércoles, 3 de abril de 2013

21. Desde el 3D, contra el 3D.

Acosado día tras día por noticias de congresos, cursos, aplicaciones y usos del 3D en relación con la Arqueología, quizás es el momento de sostener fuertemente los estribos de este caballo desbocado. Obviamente, sería una insensatez bajarse del animal y pegarle un tiro en la sien por correr demasiado. Controlarlo basta y sobra, pero hay que saber cómo.

Alguien parece haberme leído la mente -¡hace unos meses!- y ayer llegó a mis manos un artículo titulado "La grande illusione" que pone los puntos sobre las íes en la vorágine de la Arqueología Virtual (artículo del que recomiendo leerse hasta las etiquetas del champú... y, también, los comentarios).

¿Puede presentarse esta imagen como resultado de algo? Sí, quizás como ejemplo de resultado técnico pero en ningún caso de resultado arqueológico. Hace falta profundizar: ¿Porqué ese tipo de hojas de acanto? ¿Cual es el estado efectivo de conservación de la pieza observable en el modelo? ¿Qué métodos de reconstrucción pueden aplicarse? Etc.


¿Nos está llevando al desastre la fe en las nuevas tecnologías como barco con el que navegar, entre excavación y excavación, a través del mundo de la arqueología? Si es fe ciega, os aseguro que sí. Debemos entender que el escáner láser o la fotogrametría son sólo herramientas para poder capturar el ínfimo porcentaje del pasado que ha llegado hasta nosotros con la mayor precisión posible; esta es una forma de guardarse las espaldas: así sabremos que, al menos al inicio de nuestra investigación, estamos cometiendo pocos fallos. Dicho esto, el posterior estudio debe ser histórico, arqueológico o histórico artístico, siempre de forma crítica y llenándonos de preguntas, trabajando con hipótesis más o menos susceptibles de ser ciertas y dando lugar, finalmente, a la construcción histórica: ¿Qué ocurrió en ese espacio y cuándo?

Probablemente la investigación se perpetúe durante años y vayan surgiendo distintos caminos que hay que recorrer pero, mientras tanto, y siempre que tengamos indicios sólidos, podemos recurrir a las reconstrucciones 3D y aplicaciones virtuales pero debemos hacerlo como arqueólogos, no como arquitectos. Nuestro deber no es diseñar edificios y ambientes ideales sino recrear, con el máximo de precisión posible (y hablo de precisión más histórica que métrica) mundos del pasado que jamás podremos visitar. No nos engañemos: la Arqueología nunca llegará a ser perfecta y siempre trabajaremos sobre posibilidades o medias certezas. Creo que es un error frecuente, sin embargo, presentar escuetas reconstrucciones, desprovistas de cualquier espíritu, con la escusa de no mojarse. Los arqueólogos nos tenemos que mojar, y mucho.

¿Cual es el alcance de la utilidad de una reconstrucción de este tipo? ¿Nos trasmite realmente el ambiente histórico que rodeó al templo? Este tipo de recreaciones, tan extrañas y ajenas a la realidad, se pueden volver contra nosotros al generar más rechazo que atracción.


Existe, sin embargo, como bien se dice en el artículo italiano mencionado anteriormente, un "espejismo" que lleva a creer que una vez hecha la reconstrucción 3D está hecha la Historia. Y cuanto antes mejor. Se dan así saltos de la recogida tridimensional de datos a la presentación de resultados que llevan a más de un tropiezo. Creemos entonces, ignorantes, que disponer del modelo 3D de un objeto o edificio arqueológico es conocerlo, saber su Historia. En estos casos, los trabajos de Arqueología Virtual se vuelven contra nosotros: nos dejamos llevar por un camino de espejismos sin darnos cuenta de que, realmente, poco hemos andado.

Recupero aquí las palabras de Giuliano De Felice, investigador del Laboratorio Digitale della Università di Foglia (Italia):

"En definitiva, también la arqueología virtual, potencialmente llena de novedad y modernidad, y poseedora de un indudable atractivo, tiene el riesgo de no ser aprovechada plenamente para crear desarrollo, ni cultural ni tampoco ocupacional: la capacidad de nuestros licenciados para imaginar, construir historias y describir mundos de conocimiento complejos, sigue inutilizada mientras los grandes medios siguen proponiendo una Roma de mármol, un Medievo oscuro y otros estereotipos, dejando pasar de lado tanto la calidad científica de sus contenidos como la fascinación por nuestro patrimonio."

Quizás no está todo perdido. Quizás podemos seguir creyendo en la imaginación y capacidad de las nuevas generaciones. Creo que debemos confiar más, a la hora de exponer los resultados, en una capacidad narrativa que poco a poco hemos ido dejando de lado quizás arrastrados por un excesivo cientifismo y es necesario retomar cierto espíritu literario, sin abandonar nunca la veracidad. Aquí tenéis un ejemplo que, aunque con muchas cosas mejorables, es sin embargo original:



Cuidado con las fantásticas ventajas del 3D y la virtualización, que existen y son muchas, pero son armas que pueden volverse contra nosotros. 



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