jueves, 3 de enero de 2013

jueves, enero 03, 2013 - No comments

8. Calculando los tiempos (en 3D).

Pese a que la presentación de los resultados es una de las partes más importantes de este proyecto, la base debe ser la generación de conocimiento histórico. No me cansaré de repetir -¡de repetirme!- que lo importante es lograr conocimientos arqueológicos que nos hablen de qué diablos pasó en ese determinado punto a lo largo de la Historia. Espacio y Tiempo. Todo ello a la coctelera, y el resultado presentado en una buena copa en 3D. 

Un buen plano picado de varios de los objetos que he recreado hasta la fecha. Las ánforas Dressel 1A, ¡ojo! son provisionales, que no sabemos todavía la fecha concreta del horno. 

Para ello estoy comenzando a modelar diferentes objetos, con varios objetivos:

  • Calcular el tiempo de modelado y renderizado de una pieza (es decir, de creación y presentación en imágenes de un objeto virtual). ¡No puedo liarme a hacer cosas muy complejas y quedarme sin tiempo para estudiar el horno una vez tenga su escaneado láser!
  • Tener la posibilidad de usar estos mismos objetos en las recreaciones finales. Y así ya estaría adelantando trabajo.
  • Recordar y tener fresco el uso de las distintas herramientas de producción 3D como Blender, Photoshop, Gimp, etc.
  • Establecer un sistema para el correcto registro de cada objeto tridimensional, de forma que quede claro qué bibliografía se ha usado para su creación, cómo se ha llevado a cabo, etc. Éste es un punto muy importante que normalmente no se tiene en cuenta, pero ¡es totalmente necesario un registro punto por punto de todo lo que se hace, cómo se hace, cuándo se hace, etc.! Si no, la Arqueología Virtual pierde su sentido científico, quedándose en mera fantasía virtual. 

Aquí tenéis algunas de las últimas imágenes del ambiente al que he dado forma. (Como dijo Frankenstein: "¡Está vivo!"): 




Cada pequeño objeto de esta recreación tiene su historia. Con mayúsculas y con minúsculas. El ánfora que reposa esquinada y su menos afortunada compañera fragmentada en el suelo son la imagen de un ejemplar del Guadalquivir de La Loba fechado a finales del siglo II y principios del I a.C., tipología Dressel 1A incluida. El mazo, el pequeño martillo que reposa apoyado en la sombra y la horca de madera son piezas que alguna vez estuvieron en poder de algún maestro [...] y que así quedaron fotografiadas en un libro etnográfico. Lo que era en blanco y negro y a baja resolución hoy cobra vida en 3D texturizado. Hasta las rocas, imponentes y más arbitrarias, llevan en su piel fotografías de... [...no me tiréis de la lengua, que no puedo desvelar tanto como querría...].

Uno de los objetivos de la Arqueología Virtual es que en una recreación histórica todo parezca creado al azar sin que nada en realidad lo sea. La disposición, eso sí, puede ser -e incluso debe ser- caótica, pues el ser humano es de naturaleza desordenada, orgánica, sucia y empolvada.

P.D.: Como digo por allí en un pie de foto: ¡ojo! Las ánforas Dressel 1A son provisionales, ya que no se sabe todavía la cronología del horno. Hay referencias arqueológicas al transporte de cal en ánforas por lo que su presencia no debería chocarnos de tratarse de un horno romano, pero aun así todavía no está nada seguro. Nos movemos en arenas movedizas. 

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